No, no es lo mismo.
Una factura electrónica debe cumplir con los requisitos legales del Reglamento de Facturación (1619/2012) y sustituye a la factura en papel o en PDF para la entrega al cliente.
Ésta puede tener distintos formatos (PDF, XML, Facturae, etc.) y recoge todos los datos comerciales de una operación, tales como emisor, receptor, conceptos, IVA, bases imponibles y totales.
Un registro de facturación, en cambio, es un archivo digital con un formato específico, exigido por la Ley Antifraude. Resume los datos clave de la factura (serie, número, importes, NIF, fecha...) e incluye una huella digital (hash), firma electrónica y trazabilidad con otras facturas. Sirve exclusivamente para control fiscal y no se entrega al cliente.
Ambos conviven: la factura electrónica se entrega al cliente y el registro de facturación se envía a la AEAT.